A lo largo del proceso evolutivo, los niños suelen presentar en algún momento trastornos del sueño, y es uno de los motivos de consultas más frecuentes.
Durante
el primer año es habitual que los padres se quejen que el niño se despierta
durante la noche, durante el segundo año es habitual escuchar sobre el hecho de
que el niño no quiere ir a dormir o le cuesta dormirse a la hora que debe. A
partir de los tres años pueden presentar diversos problemas al respecto, como
los citados anteriormente, además de pesadillas, miedo a la hora de irse a
dormir, etc.
Estos
problemas causan gran preocupación en los padres por su falta de información a
la hora de manejarlos.
Conocerlos, entenderlos y saber por qué se pueden producir, es fundamental a la hora de poner en marcha pautas de actuación. Así, los trastornos del sueño se clasifican en (DSM-V):
- Disomnias: Son trastornos de la cantidad y la calidad del sueño. Aquí se recogen los problemas que tienen los niños para conseguir dormirse o mantenerse dormidos. Los trastornos más comunes y conocidos que se engloban dentro de está categoría es el insomnio y la narcolepsia.
El
insomnio se caracteriza por una inadecuada calidad y cantidad del sueño, debida
a dficultades para iniciar el sueño (insomnio de conciliación), mantener el
sueño (insomnio de mantenimiento), o por un despertar temprano (insomnio
tardío).
Las
causas suelen deberse a problemas médicos como cólicos, reflujos, o problemas
con la respiración (apnea infantil). También puede deberse a trastornos de
ansiedad, depresión, miedos, entre otros.
La
narcopselia es un síndrome caracterzado por somnolencia excesiva diurna,
cataplejía, parálisis del sueño y alucionaciones hipnagógicas (pseudoalucinaciones que pueden ser
auditivas, visuales o táctiles y que se producen en el tránsito de la
vigilia-sueño) o hipnopómpicas (se producen en tránsito sueño-vigilia).
Este síndrome suele aparecer en la adolescencia y la primera manifestación es la somnolencia excesiva diurna, desarrollándose después el resto de síntomas.
Los estudios realizados al respecto exponen que
las causas son genéticas.
- Parasomnias: Son alteraciones en la activación parcial o de
las transiciones entre las fases del sueño. Aparecen generalmente entre los 3 y
los 6 años. No son graves, aunque ha de tenerse en cuenta el malestar y la
interferencia que producen, así como las causas que las originan y la duración
a lo largo del tiempo, pues del mismo modo que pueden considerarse normales a
cierta edad, no lo es en otra.
Para
comprenderlas mejor, es importante saber que durante el sueño pasamos por 5
fases diferentes, y pasamos por todos ellas a lo largo de la noche de forma
cíclica. Estas fases son:
- Fase I: Comprende aproximadamente los primeros diez minutos del sueño, es una etapa de transición.
- Fase II: Comprende aproximadamente el 50% de nuestros ciclos de sueño. Es la etapa en la que el cuerpo va desconectando lentamente de aquello que hay en nuestro entorno. Durante esta fase se dan etapas de gran actividad cerebral con otras de menor actividad, lo que hace que sea muy difícil despertarnos cuando estamos en ella.
- Fase III: Se trata de una etapa corta, de apenas dos o tres minutos, en la que nos acercamos al sueño profundo.
- Fase IV: Es la etapa de sueño profundo, suele ocupar aproximadamente un 20% del total del ciclo del sueño. Es la etapa más importante de todas, ya que va a determinar la calidad de nuestro descanso.
- Fase REM: Ocupa un 25% de nuestro ciclo del sueño. Se caracteriza por tener darse una alta actividad cerebral, muy similar a la que tenemos mientras estamos despiertos con la diferencia de que nuestros músculos se encuentran bloqueados. Es la fase en la que soñamos y captamos información del exterior.
Sabiendo
esto, expongo las parasomnias más comunes y conocidos y en que fase del sueño
ocurre cada una de ellas:
- Las pesadillas: Suceden en la fase REM del
sueño. Son sueños largos y elaborados que producen miedo. Hacen referencia a
situaciones de peligro y suelen dejar recuerdo. Estas a su vez suelen provocar
en muchos niños problemas de insomnio debido al miedo que les produce quedarse
dormidos y volver a soñar con ello.
- Los terrores nocturnos: Aparecen en la
fase III y IV del sueño, durante el sueño profundo, por ello será muy difícil
despertar al niño y al día siguiente no recordará nada del episodio (suele
haber uno durante la noche). Se caracteriza por un episodio de terror durante
la noche que ocasiona taquicardia, sudoración, pupilas dilatadas y respiración
agitada. La manifestación más habitual es un grito repentino y muy llamativo
del niño. Aparecen habitualmente entre los 2 y los 3 años y suelen remitir en
la adolescencia.
- El sonambulismo: Al igual que los terrores
nocturnos, el somanbulismo se produce en las fases III y IV, del sueño. Se
caracteriza por episodios en los que niño se levanta y anda, mostrándose
inexpresivo y con la mirada fija. Aparece habitualmente entre los 4 y los 14
años, y al igual que los terrores nocturnos, suele desaparecer en la
adolescencia.
Es
más frecuente que suceda en niños con predisposición genética en momentos de
especial estrés. También con la toma de algunos fármacos y con procesos
febriles.