El Trastorno de Aprendizaje No Verbal (TANV) no se encuentra recogido dentro del DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), pero es considerado un trastorno del desarrollo neurológico y más específicamente, un trastorno específico del aprendizaje.
Los niños que presentan este trastorno muestran alteraciones en funciones propias del hemisferio derecho, como:
- Dificultades en coordinación motora: Dificultades a la hora de llevar a cabo actividades deportivas, mantener el equilibrio, subir y bajar escaleras, etc.
- Dificultades en motricidad fina: Dificultades a la hora de escribir, recortar, abrocharse los botones, atarse los cordones de los zapatos, etc.
- Dificultades de orientación y estructuración espacial: Dificultades para copiar dibujos, organizarse en el papel, distinguir la derecha de la izquierda, etc.
- Dificultades en la interacción social: Dificultades a la hora de entender ironías, dobles sentidos o metáforas y también para interpretar y comprender el lenguaje no verbal.
- Dificultades con el razonamiento matemático.
- Dificultades a la hora de reconocer y gestionar los estados emocionales.
- Velocidad de procesamiento de la información lenta: Presentan lentitud a la hora de llevar a cabo las tareas escolares y las del día a día.
- Dificultades para adaptarse a situaciones nuevas.
Es un trastorno difícil de detectar, por lo cual, el diagnóstico suele realizarse de forma tardía.
Suele
confundirse en muchas ocasiones con el TEA (Trastorno del Espectro Autista).
Algunas
de las diferencias entre estos dos trastornos son:
- Comunicación e interacción social: En los niños con TEA las dificultades comunicativas y de interacción social están más afectadas, forma parte del núcleo del problema y tienen dificultades para entender que el otro tiene su “propia mente” (lo que se conoce como teoría de la mente), aspecto sí está presente en los niños con TANV. Los niños con TEA no presentan conductas que regulan la interacción social, como mirar a los ojos o respetar el turno de palabra, conductas que si presentan los niños con TANV.
- Esteriotipias, rituales y rutinas: Los niños con TEA son más resistentes a los cambios y tienen más dificultades para anticipar situaciones novedosas. Suelen presentar con más frecuencia estereotipias y rituales. En el TANV la conducta no es tan inflexible y no suelen encontrarse estereotipias, ni rituales.
- Lenguaje: Los niños que presentan TEA frecuentemente tienen alteraciones en el lenguaje, aspecto no presente en el TANV.