El temor de los niños a ir al retrete a hacer caca se inicia habitualmente cuando dejan de usar el pañal (entre los 24 y los 30 meses). Las principales causas por las que los niños sienten miedo a ir al retrete son dos, las cuales dependen de la edad. Entre los 24 y los 30 meses aproximadamente está relacionado con su etapa de desarrollo, estaríamos hablando por tanto de un miedo evolutivo. Al pasar esta etapa, si el miedo persiste, estará relacionado, normalmente, aunque pueden existir otras causas, con un problema de estreñimiento. El porqué de estas causas las explico a continuación:
- El temor a ir al retrete como miedo evolutivo: Cuando hablamos de miedos evolutivos, hablamos de una reacción adaptativa del niño ante una situación, y que le sirve para protegerse. Cuando el niño se inicia en la tarea de hacer caca en el retrete, lo percibe como algo “suyo” que sale fuera de él, ya que, entre los 24 y 30 meses aproximadamente, aún no son capaces de tomar consciencia sobre que las heces son algo separado de su cuerpo, por lo que el niño considera que está perdiendo algo.
- Estreñimiento: Una vez superada la etapa de desarrollo en la que el niño ha superado el miedo a ir al retrete, puede suceder que el niño comience a temer ir al retrete por un proceso de estreñimiento el cual le produce dolor. Este dolor que siente al intentarlo hacerle que el niño caiga en un círculo vicioso en el que a mayor miedo a la sensación de molestia, mayor estreñimiento.
Ante estas circunstancias, ¿Qué deben hacer los padres?
En el primer caso, en el que se le acaba de retirar el pañal, y el temor se presenta como parte del proceso madurativo, las pautas son las siguientes:
- Evitar en todo momento presionar al niño, así como reírnos, enfadarnos, irritarnos o castigarle. Se debe fomentar que el niño este relajado, por lo que cuando sienta el reflejo y quiera ir al baño debemos planteárselo como algo muy positivo y divertido. Incluso podemos sentarle en el retrete y ponernos a su lado mientras por ejemplo, le contamos una historia o le leemos un cuento, ponerle alguna canción que le guste, etc. Favorecer que el niño se relaje, fisiológicamente hablando.
- Una vez que hemos conseguido que este más relajado a la hora de ir al retrete, y que su activación disminuye ante esta situación, comenzaremos a establecer una rutina de horarios para ir al baño (por ejemplo, todos los días después de desayunar).
En el segundo caso, en el que el niño presente un problema de estreñimiento, las pautas a seguir son los siguientes:
- El primer paso es consultarlo con el pediatra para que diagnostique el estreñimiento funcional (por causas psicológicas) mediante la historia clínica y la exploración. En caso de que descarte que el niño no presenta ningún problema orgánico, tendríamos que averiguar la causa que le lleva a sufrir el estreñimiento. Las causas más frecuentes son:
Situaciones como el inicio del colegio, la llegada de un hermanito, un cambio de residencia o cualquier tipo de cambio de su rutina habitual.
Algunos niños no se sienten cómodos yendo al baño fuera del entorno familiar, como colegios, campamentos, baños públicos, etc.; por lo que interrumpen de forma voluntaria el reflejo de defecación. Este fenómeno sostenido en el tiempo provoca que las heces se vuelvan más duras y sea más difícil expulsarlas.
**Nota: En estos casos habría que trabajar con estas situaciones, ya que el estreñimiento es secundario a ellas. Es decir, a medida que se gestionen las primeras, probablemente, el estreñimiento mejorará.