La autolesión es un daño físico autoafligido que una persona ejerce sobre sí misma con el fin de regular, a través del dolor y el sufrimiento físico, el dolor y el sufrimiento psicológico que presenta.
Estas conductas entrarían dentro de las llamadas estrategias “de control”. Son formas en las que el adolescente intenta controlar sus sensaciones, emociones y lo que ocurre en su entorno.
La causa principal de esta conducta autolesiva es que la persona NO HA APRENDIDO estrategias de autorregulación (lo que yo hago por mí mismo para influir sobre mi estado de ánimo) y/o corregulación (todo lo que yo hago con otra u otras personas para influir sobre mi estado de ánimo) adecuadas.
Dichos aprendizajes disfuncionales parten generalmente de experiencias tempranas negativas, es decir, experiencias en las que las primeras y principales figuras de apego han sido negligentes, débiles o agresivas, lo que provoca la generación de un modelo interno de autorregulación emocional inadecuado y/o experiencias traumáticas con iguales (humillación, abusos emocionales, bullying).
¿POR QUÉ SE AUTOLESIONAN?
La autolesión hace que se localice el dolor en un punto y que el adolescente se centre en ese sufrimiento físico, olvidándose durante ese tiempo de su dolor emocional. Transforma algo psíquico en físico, dirigiendo su atención a la reciente herida.
TRASTORNOS PSICOLÓGICOS ASOCIADOS
En la mayor parte de los casos, las autolesiones van asociadas a otros trastornos psicológicos como:
Depresión mayor
Trastorno límite de la personalidad
TEPT (trastorno de estrés postraumático)
Trastornos de la conducta alimentaria
TDAH
Abuso de sustancias
Trastornos disociativos