Esta situación que estamos viviendo y que se está prolongando a lo largo del tiempo, me ha hecho recordar a la maravillosa película de “La vida es bella”, película italiana más reconocida a nivel internacional. Una gran obra llena de mensajes y emoción, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni en 1997.
Dicha película narra la historia de Guido Orefice, un judío italiano que se muda a Arezzo para trabajar en el hotel de su tío. El protagonista se enamora de una chica, logra conquistarla y tienen un hijo. Cuando todo iba bien, llega la Segunda Guerra Mundial y se ve sumido en un campo de concentración junto con su pequeño hijo.
A pesar de ello, el protagonista intenta mantener en todo momento una actitud positiva, a la vez que lucha por su vida y la de su familia. Y el punto más entrañable y fantástico de la película es como se inventa una historia en torno a todo el drama que estaban viviendo para evitar o poder disminuir al máximo el sufrimiento de su hijo. En ningún momento le niega lo que están viviendo, o le miente, en ningún momento le dice que no pasa nada o que se irán de allí. Lo que hace es enmárcaselo dentro de un juego.
El padre del niño, no tiene certeza de cuando acabará todo y de que pasará. Pero la fuerza con la que se agarraba a la vida y con la que evitaba al máximo el sufrimiento de su pequeño, era más fuerte que todo lo demás.
Y lo consiguió, consiguió que su hijo cogiera fuerza, luchará, y también expresará. En ningún momento el niño dejo de mostrar nada de lo que le ocurría a su padre, ni éste, permitió que dejará de hacerlo.
Lo que hizo el padre fue ayudarle a integrar lo que estaban viviendo adaptándolo a su edad, le permitió expresar, y sobretodo, le aportó seguridad.
¿No creéis que podemos hacer un cierto paralelismo con está película y la situación actual?
¿No creéis que debemos hacer lo mismo con nuestros niños?
No podemos quedarnos simplemente con que los niños se estén adaptando a la situación y/o no se estén quejando demasiado. Los niños se adaptan, claro que se adaptan, su cerebro es plástico.
Sin embargo, independientemente de lo mucho o lo poco que puedan estar expresando su malestar, debemos tener en cuenta que en todo momento debemos otorgarles seguridad, permitirles y fomentarles que expresen que les está ocurriendo o como se sienten, no exponerles a noticias para las que no están preparados, e intentar, en la medida de lo posible, transmitirles serenidad, no sólo a nivel verbal, sino también, a nivel no verbal, que como ya sabéis, es mucho más importante.