Miedos evolutivos en los niños

Cuando hablamos de miedos evolutivos, hablamos de miedos adaptativos y funcionales. Dependiendo de la edad, se darán diferentes miedos, los cuales son necesarios para la supervivencia, de ahí que se denominen, miedos evolutivos.

Pero, ¿Qué es el miedo y para qué sirve?

El miedo es una emoción primaria, básica, y su principal función es protegernos de todo aquello que pueda poner en peligro nuestra vida.

Estos miedos cumplirán por tanto, una función fundamental en la infancia, pues permiten a los niños/as protegerse, irán cambiando dependiendo de la etapa evolutiva en la que se encuentre el niño/a, y desaparecerán poco a poco a medida que vaya madurando. No obstante, hay determinados miedos, como el miedo a la separación de los padres, a quedarse solos, y a la oscuridad, que se mantendrán durante varias etapas del desarrollo.

Es fundamental entender como adultos que los niños/as tienen escasos recursos que les impide o dificulta a la hora de comprender ciertas situaciones, por lo que determinadas experiencias, como la separación de los padres en un momento dado, o los miedos nocturnos, pueden vivirlos con malestar, por lo que es importante conocer la función que tienen estos miedos, saber calmarlos, y ayudarles a exponerse a ellos respetando su ritmo y las características temperamentales de cada niño/a.

Sin embargo, si percibimos que estos miedos son demasiado intensos y consistentes, es decir, si acaban causando un malestar significativo en el niño/a e interfiriendo en una o más áreas de su vida (social, familiar, escolar) requerirán de atención profesional.

A continuación expondré de forma orientativa, los miedos evolutivos más habituales dependiendo de la etapa evolutiva del niño/a: